Conclusión del verano

Básicamente esto va a ser algo así como la entrada que hice sobre mi viaje a Cracovia y a Praga, aunque a mi parecer más aburrida.

Este verano ha sido tal y como me esperaba: un completo aburrimiento. Un fin de semana a principios de las vacaciones fui a la boda de mi tía en Edimburgo. Pensé que me aburriría bastante, pero me lo pasé bastante bien.

La otra cosa más destacable que ocurrió fue mi viaje a Costa Rica. Ahora algunos pensarán que es imposible que me queje de ese viaje, pero de hecho me quejo. A ver, no estuvo mal, pero podría haber estado mejor. Eso de dejarme a mí en medio de la naturaleza (situación en la que estuve durante la mayor parte del viaje) no me enrolla mucho, le pese a quien le pese. Y como plus voy a añadir que el viaje de vuelta a España fue un cachondeo por dos razones:

  1. En el avión de San José a Madrid nos dieron a mi padre y a mí unas almohadas que habían sido claramente usadas. Y por si había alguna duda de si fueron usadas o no, en la mía había un bonito piojo muerto. Por suerte nos las cambiaron sin rechistar.
  2.  Una vez en Madrid tuvimos que pasar un control de estos para ver si llevas armas o cosas de dudosa legalidad. Como ya estaba acostumbrado a esto, saque de mi bolsa mi netbook y los metí por separado en la máquina de rayos X. Tras atravesar satisfactoriamente el detector de metales, me dispuse a recoger mis cosas cuando la mujer que estaba a cargo de la máquina de rayos X me dijo que tenía que pasar otra vez por el cacharro ese el netbook pero fuera de su bolsita (en la cual solo estaba el cargador del mismo). Me tocó un poco las narices, pero lo hice sin rechistar. Tras haberla pasado otra vez me suelta que tengo que abrir el netbook (por abrir entiéndase desplegar la pantalla). Esto me tocó ya los cojones, puesto que nunca antes me habían puesto tantas pegas para pasar el netbook en ninguna parte (tampoco cuando volví de Praga, que llevaba el mismo netbook), pero lo hice para irme de una vez. Tras abrirlo se quedó mirando, y tras un minuto o dos (durante los cuales estuvo en la misma posición sin moverse) le pregunté si tenía que hacer algo más. No me dijo absolutamente nada, pero aproveché eso para irme de una vez. No miré atrás, pero estoy convencido de que seguía estando en la misma posición.
Después de estar unos días en mi casa, me fui a casa de mi abuela en Cádiz. Estuve allí unas dos o tres semanas, que fueron lo peor de todo el verano. No hice absolutamente nada destacable, salvo por dos días que fui a ver a una chica que estaba de vacaciones en el Puerto de Santa María con sus familiares (si lees esto: hola) y me lo pasé bastante bien. Tras esto volví e hice un examen de recuperación de Historia (el cual aprobé), y durante los dias siguientes estuve haciendo en mi casa lo que antes hacía en casa de mi abuela: nada (salvo por cuando fui a ver Toy Story 3 en el cine). Y llegamos al presente: mañana por fin empiezo las clases. No estoy para nada ilusionado, pero con suerte no me aburriré tanto.

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